NORMATIVA PARA LOS PERROS
POTENCIALMENTE PELIGROSOS
La normativa define así a los
perros pertenecientes a las siguientes razas y a sus cruces:
Pit
Bull terrier
Staffordshire
Bull Terrier
American
Staffordshire Terrier
Rotweiler
Dogo
Argentino
Fila
Brasileiro
Tosa
Inu
Akita
Inu
También
tiene esta consideración los animales que no pertenecen a esas razas pero si
reúnen una serie de características físicas:
Fuerte
musculatura, aspecto poderoso, robusto, configuración atlética, agilidad, vigor
y resistencia.
Marcado
carácter y gran valor.
Pelo
corto.
Perímetro
torácico comprendido entre 60 y 80 Cm., altura a la cruz entre 50 y 70 Cm. y
peso superior a 20 Kg.
Cabeza
voluminosa, cuboide, robusta, con cráneo ancho y grande y mejillas musculosas y
abombadas. Mandíbulas grandes y fuertes, boca robusta, ancha y profunda.
Cuello
ancho, musculoso y corto.
Pecho
macizo, ancho grande, profundo, costillas arqueadas y lomo musculado y corto.
Extremidades
anteriores paralelas, rectas y robustas y extremidades posteriores muy
musculosas, con patas relativamente largas formando un ángulo moderado.
Finalmente, la ley indica que pueden ser perros peligrosos aquellos animales que
hayan protagonizado ataques a animales o personas con anterioridad o que
muestren un carácter marcadamente agresivo. De certificar esta condición se
encargará un veterinario autorizado por la autoridad competente, generalmente al
ayuntamiento.
Cómo conseguir la licencia administrativa
Es un
documento imprescindible. Lo otorga el ayuntamiento, una vez cumplidos los
siguientes requisitos:
Ser
mayor de edad.
Certificado
de penales que indique que no hay antecedentes de delitos contra la propiedad,
la moral, la libertad sexual, homicidio, etc.
Disponer
de capacidad física y psicológica para poseer uno de estos animales. La
certificación se consigue en cualquier centro de reconocimiento médico, como por
ejemplo, los centros para la renovación del carné de conducir o permiso de
armas.
Haber
suscrito un seguro de Responsabilidad Civil por daños a terceros por valor de
120.000 euros, aproximadamente 20 millones de pesetas. (Algunos ayuntamientos
exigen que esta cantidad sea mayor).
Con
la licencia ya concedida hay que inscribir al animal en un registro municipal
creado a tal efecto. Para ello hay que llevar el microchip de identificación y
un certificado veterinario que demuestre que está en perfecto estado de salud.
Medidas de seguridad
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